Ing. Ramón Rosales Córdova Las lluvias llegaron, y con ellas, la misma escena que México repite cada año como un ritual de dolor, familias arrasadas por el agua, casas convertidas en lodo, calles que se transforman en ríos y funcionarios que llegan a posar con botas nuevas, como si el desastre fuera una oportunidad de marketing político. Pero lo cierto es que las lluvias no trajeron la tragedia solamente la hicieron visible. El agua, cuando cae, no distingue colores partidi